Antecedentes de la Criminología


Desde que los seres humanos se han organizado en grupos sociales, algunas personas han tenido comportamientos que son contrarios a los dictados en ese momento, de manera oficial o no oficialmente, por la estructura organizacional.
Considero importante mencionar esta “oficialidad” de lo establecido, ya que un comportamiento que se encuentra desviado de las leyes oficiales se considera un delito, pero si no existe una ley determinada que dicte que algo se debe o no hacer, es simplemente una conducta que posiblemente no agradará a otros dentro del grupo, incluso arriesgando que la persona que se involucre en las mismas sea rechazada por el resto de la sociedad. Esto no significa, sin embargo, que la conducta o la persona como tal sean consideradas delictivas.
Entonces, por el contexto del curso y de este tema en particular, se entiende que de ahora en adelante, cualquier mención a conducta desviada se referirá a conductas que se salgan de lo establecido por la ley, cualquiera que fuera la misma en el momento histórico que se esté discutiendo.
Desde la época antigua y la edad media, y quizá desde antes, sin que tengamos los documentos específicos para comprobarlo, ha habido un interés por comprender el delito y por la lucha contra el mismo. Según Lacayo Rojas (s.f), entre los filósofos que tocaron este tema se encuentran Hesiodo, Pitágoras, Heráclico y Protágoras, además de los tal vez más conocidos Sócrates,  Platón y Aristóteles.
Superficialmente, deseo mencionar los pensamientos generales que expresaron algunos de estos filósofos sobre el tema. Para Platón, el crimen era un producto del medio ambiente. Es decir, factores externos, tales como la pobreza, eran fundamentales al intentar comprender la criminalidad en una sociedad. Aristóteles, por su parte, coincide con Platón en estos elementos externos, pero era de la línea de pensamiento de que los delitos más graves se cometen para obtener cosas superfluas, y no absolutamente necesarias para la supervivencia. Además, añade una relación entre la configuración del cuerpo y las facultades mentales, conocida como fisionomía.  (Hikal, 2009).
La fisionomía fue una teoría que se centra en el hombre y en sus rasgos faciales, de los cuales, en teoría, se podía presuponer su personalidad, mente y emocionalidad (Hikal, 2009).  Según el mismo autor, la misma cobró importancia en el siglo XVI de la mano del autor Della Porta, pero fue Lavater el verdadero impulsor de este pensamiento con un libro publicado en 1820 en el cual
“realiza una descripción de los hombres de maldad natural. Mantiene que todo aquello que acontece en el alma se manifiesta en el rostro, la belleza o la fealdad de la cara tiene justa recompensa con la bondad o maldad de su espíritu. Establece una correlación entre determinadas cualidades del individuo y los órganos o partes de su cuerpo” (Hikal, 2009, p. 28).
Considero muy interesante que, de todos los autores que se estudiarán para la presente publicación, Aristóteles es el único que hasta el momento ha mencionado el qué se obtiene por medio del delito. Generalmente, como se verá en el resto de este ensayo, se discuten los posibles orígenes de la delincuencia, sean estos internos o externos, pero poco es discutido sobre qué se obtiene directamente por medio del delito, cuales son o podrían ser consideradas las ganancias del mismo.
Esto toma importancia especial, personalmente, ya que los delitos no son solamente cometidos por miembros de clases bajas, y aunque se menciona constantemente el factor de la pobreza y el estatus socioeconómico, es sabido que miembros de clases más altas cometen este tipo de infracciones también, como se puede ejemplificar con el caso conocido como el “Cementazo”, en el cual los participantes son todos de clases sociales altas:
La primera línea de pensamiento en la que deseo ahondar para esta entrada es el conocido como Pensamiento Utópico, del cual el principal expositor es Tomás Moro (1478-1535), quien desarrolló su labor desde finales del siglo XV hasta principios del XVI (Hikal, 2009)
Tomás Moro
Esta línea de pensamiento consideraba que el crimen era una consecuencia de la mezcla de diversos factores externos y de todo tipo, que variaban desde lo más personal, por ejemplo la posición socioeconómica, que se considera el factor más importante (Alvarez et al., 2012), hasta factores políticos como la guerra, probablemente por los posibles cambios que una situación así puede generar en el país, en su estilo de vida y en sus habitantes.
Otra línea de pensamiento durante la época fue, en general, la de la Ilustración. Durante esta época, se dio un cambio importante en la forma de analizar el mundo que nos rodea, buscando explicar los acontecimientos y situaciones con la razón. Esta nueva manera de ver el mundo se infiltró también en las ciencias sociales, incluyendo claramente a la criminología y al estudio de la delincuencia.
Uno de los principales contribuyentes a este tema fue Césare Beccaria (1738-1794), quien en 1774 publicó la obra “De los delitos y las penas”. Este pensador criticó fuertemente la arbitrariedad, crueldad, y vitalmente debido a la época, la irracionalidad de las leyes de su siglo. Él parte de las ideas de Rousseau sobre el contrato social, para el cual el ser humano es bueno por naturaleza siendo la sociedad el problema. El objetivo del contrato social es lograr la felicidad de los seres humanos y su plenitud, y es por esto que las leyes deben buscar evitar el delito, más que concentrarse en evitarlo cuando este ya ha sucedido. Aun así, para este autor la pena al cometer un delito se justifica por su necesidad de prevenir lo mismo en el futuro (Alvarez et al, 2012),
Cesare Beccaria

Los principales enunciados de este autor son los siguientes:
1. Que las leyes sean claras y simples.
2. Que haya un predominio de la libertad y la razón sobre el oscurantismo.
3. Que haya un funcionamiento ejemplar de la justicia, libre de corrupciones.
4. Que haya recompensas al ciudadano honrado.
5. Aboga por una elevación de los niveles culturales y educativos del pueblo. (Hikal, 2009, p.29)
Este autor propone dos cosas que considero especialmente importantes e interesantes, una de las cuales todavía se considera vital. Me refiero específicamente a la importancia de la educación en relación con la erradicación de la violencia, que considero es todavía un tema central en la manera en la que actualmente se busca solucionar la criminalidad, y a las llamadas recompensas para el ciudadano honrado, donde se entra ya en un tema que podría relacionarse con el conductismo. Es entonces la idea no sólo de castigar la conducta desviada, sino de activamente premiar la conducta “buena” (o la que en ese momento es cobijada bajo la ley) para promoverla entre los ciudadanos.
En las fuentes utilizadas para este escrito no hay mención específica de qué tipos de recompensas consideraba Beccaria fueran apropiadas, y sería sumamente atrayente ahondar en la posibilidad que esta propuesta tiene, cuáles han sido sus detractores, ver qué tan posible sería algo así aplicado en una civilización establecida, o si en efecto existen recompensas que pasamos por alto y se encuentran integradas en nuestra cotidianeidad. ¿Qué ganamos al no ser delincuentes? ¿Existe algo por ganar, o es simplemente nuestra naturaleza base ser buenos, como propone Rousseau, y al no infringir contra el status quo podemos continuar viviendo nuestra vida “libremente”?
Otros autores de esa época fueron el ya mencionado Rousseau, acompañado de sus compañeros igualmente conocidos y estudiados Montesquieu y Voltaire. Para el primero, la prevención del delito es más importante que el castigo del mismo, y por lo tanto las leyes penales deben dirigirse a proteger al individuo y evitar el crimen. Por su lado, Voltaire propone que la pena debe ser proporcional. Proporcional al delito, a su autor y su personalidad, y a la naturaleza del hecho, por ejemplo.
Este enunciado, que podría parecer simple y hasta obvio, ha probado ser hasta el día de hoy, difícil de alcanzar al 100% aunque como sociedad nos gustaría pensar lo contrario. Un ejemplo de esto se puede observar en la pena dada a Cyntoia Brown por el asesinato de un hombre de apellido Allen en el 2004. Brown, entonces de 16 años, era víctima de tráfico sexual, obligada a prostituirse, y Allen, de 43 años, era uno de sus “clientes”.
A pesar de una larga historia de abuso durante la niñez y el ya mencionado tráfico sexual y prostitución infantil, Brown fue condenada a cadena perpetua y podría optar por libertad condicional cuando tenga 69 años de edad.
Este es un caso en el cual es difícil pensar que la pena dada a esta entonces niña fuera justa y tomara en consideración su historia de vida, a pesar de que el crimen como tal fuera uno de los más, si no el más, rechazado por la sociedad. Es notable como el crimen como tal no es lo único importante, sino el contexto en el cuál se da el mismo.
Más información relacionada se puede obtener en el siguiente enlace:
Por último, me gustaría mencionar al autor Manuel de Lardizábal y Uribe (1739- 1820), el primer español en criticar las leyes penales de España, con su obra “Discurso sobre las penas” de 1782. Este intelectual se centró en el análisis de las penas, y clasificó los tipos de delito en delitos contra la religión, las costumbres, la tranquilidad y la seguridad pública o privada (Alvarez et al, 2012)
Manuel de Lardizábal y Uribe
Además,
En materia de Derecho Penal aporta proposiciones que hoy en día parecen totalmente evidentes, pero en el S.XVIII no lo eran, como la no penalización de los actos internos, habrá delito sólo a partir del instante en que se realicen algunas acciones exteriores. Propugna que la pena se imponga exclusivamente a la persona que ha cometido el delito, no puede imponerse pena alguna a persona distinta del que haya cometido el delito. Tiene que producirse un daño o un perjuicio, y que este daño se haya causado voluntariamente con malicia o culpa, ya que faltando estos dos elementos no hay moralidad (voluntariedad) en las acciones humanas, por lo tanto no hay imputabilidad. (Alvarez et al, 2012, p.32)
También le da un peso importante al concepto de proporcionalidad mencionado anteriormente, bajo el cual las penas son útiles socialmente hablando cuando son proporcionales al delito cometido.
En conclusión, el estudio de la criminalidad ha sido parte de la sociedad desde que los seres humanos viven en conjunto, pero este estudio ha ido evolucionando y creciendo conforme el pensamiento en general ha ido cambiando. Nuevas formas de analizar el mundo conllevan inevitablemente nuevas formas de analizar aquellas cosas que consideramos negativas también.




Fuentes bibliográficas
Álvarez Díaz de León, G., Montenegro Núñez, M. y Martínez, J. (2012). Textos de apoyo didáctico: Notas para la Historia de la Criminología. Facultad de Psicología, UNAM.
[Fotografía de Cesare Beccaria]. (ca. 1738-1794). Wikipedia. Recuperado de https://en.wikipedia.org/wiki/Cesare_Beccaria
[Fotografía de Manuel de Lardizábal y Uribe]. (ca. 1739- 1820). Esacademic. Recuperada de http://www.esacademic.com/dic.nsf/eswiki/807838
[Fotografía de Tomás Moro]. (ca. 1478-1535). Fundación Tomás Moro. Recuperado de http://fundaciontomasmoro.es/humanismo/santo-tomas-moro-1478-1535/
Hikal, W. (2009). Resumen: Introducción al estudio de la criminología. EUNED.
Lacayo Rojas, E. (s.f.) Fundamentos de Criminología.
Murillo, A. (2018). Un caso de corrupción desata una crisis judicial en Costa Rica. El País. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2018/07/22/america/1532280304_936728.html
Villalonga, C. (2017). Esta es la historia de Cyntoia Brown, la mujer condenada a cadena perpetua por matar a su violador a los 16 años. La Vanguardia. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/internacional/20171122/433077432356/cyntoia-brown-cadena-perpetua-matar-violador-16-anos.html

Comments

  1. Hola Daniela... me gustó la forma en que abordó el tema al respecto de la afectación del individuo debido al entorno socio-económico, varios autores se han referido a eso como una de las causas principales de las altas tasas de criminalidad en muchos países.
    Me gustaría saber que valor le da usted a la predisposición biológica o genética que hereda el individuo de sus ancestros y lo "programen" para ser una persona propensa al cometer actos criminales, cree usted que eso sea posible?

    Saludos,

    Francisco Zúñiga

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    1. Hola! Disculpá que hasta ahora conteste. Pienso que puede haber factores natos o adquiridos de carácter físico que pueden afectar la propensión de una persona a actos violentos (he leído que puede haber una relación entre golpes en la cabeza y un incremento en la agresión, por ejemplo).
      Creo que sí puede haber una predisposición a cierta conducta que viene con la personalidad de cada quien, pero no pienso que esto sea lo mismo que decir que algo es "genético". Le doy mucho más peso a factores ambientales y socioeconómicos.

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